miércoles, 11 de enero de 2012

Nuestro encuentro

Sé que existes. No sé dónde estás, ni cómo te llamas. No sé dónde creciste, ni cuáles serán tus sueños. No conozco tampoco lo que quieres lograr, ni tus miedos. No sé nada de tus glorias ni de tus tristezas. No sé si tienes un amor recién nacido o si estás recogiendo los pedazos de tu corazón roto.

Solo sé que existes, tanto como existo yo. Quiero creer que también me has añorado, que también me has esperado, que también me has buscado en los lugares equivocados. Quiero pensar que, sin saberlo, me ves en cada cara, en cada abrazo, en cada voz.

Cuando yo esté lista y tú estés listo. Cuando sea nuestro momento. Cuando hayamos aprendido lo debido. Cuando la paz reine en nuestras almas. Solo entonces nos vamos a encontrar.  

Por fin podremos vernos a los ojos y saber que el andar valió la pena. Que cada lágrima y cada caricia nos trajo hasta este  momento. Entenderemos nuestras cicatrices y los por qués dejarán de importar. Solo existiremos tú y yo y el conocimiento pleno de haber sido bendecidos por, finalmente, habernos encontrado.

Y, porque somos seres humanos, nuestro amor no será perfecto. Vendrás cargado con tu maleta de recuerdos. Yo, también, traeré la mía. Habrá cosas tuyas que me irriten y otras tantas mías que te saquen de quicio. Pero el amor que sentiremos será tan fuerte que veremos cada oportunidad como un crecimiento mutuo. Seremos tolerantes, respetuosos, amorosos. Yo te amaré así tal cual eres y, de la misma forma, me amarás tú a mí.

Nuestro vínculo será inquebrantable. Creceremos juntos, tomados de la mano. Aprenderé de ti y tú, aprenderás de mí. La dicha será eterna y cada momento será un descubrir, un nuevo sentir, un nuevo vivir.

Tú me dirás que sentiste el abrazo de los ángeles cuándo les pedí que te cuidaran. Yo entenderé cosas tuyas que ni tú entiendes. Conocerás mi alma como jamás nadie la ha conocido. Y me mostrarás que es hermosa, solo para darnos cuenta que la mía es, también, un reflejo de la tuya.

Sonreirás porque finalmente comprenderás por qué con ninguna de ellas funcionó. Yo le daré las gracias a los maestros que se fueron por no haber sido. Nos abrazaremos con la plena convicción de que con ellos jamás conocimos ni la mitad de la felicidad que tendremos el honor de compartir juntos.

Seremos diferentes pero en nuestras divergencias nos complementaremos. Tú adorarás mis arrebatos de ternura y yo me contagiaré con tu risa seductora. Me colgaré de tu brazo orgullosa por el hombre que eres. Tú te sentirás afortunado de recorrer el camino conmigo.

No sé si quizás en algún rincón del mundo ya nos hemos visto. No sé si porque no era nuestro tiempo, o porque estábamos muy inmersos en la ajetreada vida no pusimos atención. Quizás te sentaste largas horas a mí lado y permanecimos, ahí, desprevenidos e ignorantes del amor que algún día compartiríamos.

Será, la nuestra, una de esas historias románticas que hacen vibrar mi corazón. Nos amaremos tanto que esta vida no será suficiente para tanto amor. Nos contaremos todo, lo entenderemos todo, lo apoyaremos todo.

Sabré darte tus espacios cuando necesites pensar y tú sabrás hacerte a un lado cuando yo necesite mis momentos de soledad. Sentirnos, incluso en la ausencia. Y en el silencio, oírnos siempre.

Nuestro amor será tranquilo y sereno como lo suelen ser los amores de almas que se conocen hace demasiados años. Entenderemos que el amor es una elección consciente y que se construye día a día. Con entusiasmo colorearemos ladrillos de esperanza.

Tus ojos coquetos y tu sonrisa tierna me darán las respuestas que por el mundo entero he buscado. Te quedarás en mi abrazo aferrado, con la paz que da el haber encontrado el camino. Seremos cómplices, alcahuetas de risas y forjadores de sueños. Serás mi fuerza, mis ganas, mi equilibrio. Seré tu apoyo, tu abrigo, tu esperanza. Ante todo, seremos amigos.

Me reiré de tus chistes tontos; te enloquecerás con mi sonrisa; te dejaré ganar en los juegos; me harás creer que cocino delicioso. Caminaremos de la mano por la playa. Tomaremos chocolate caliente en la helada montaña. Cada uno sacará en el otro lo mejor que podemos ser.

Mis proyectos se volverán los tuyos. Tus propósitos serán, también, mis metas por cumplir. Compartiremos nuestros anhelos y nuestras inseguridades. Jamás nos iremos a dormir molestos y siempre dormiremos abrazados.

¿Dónde estás? Quiero que llegues ya. Pero, como sé que estás en camino, prometo esperarte el tiempo que sea necesario. Te espero con la paciencia infinita con la que crece un fuerte árbol, con el amor y la ilusión con los que sueña una niña, y con la fe inquebrantable que me permite creer y saber que desde que decidí encontrarte tu también decidiste encontrarme a mí. 

7 comentarios:

Di_O dijo...

Sha, esto está hermoso, me identifico completamente y creo en que a todas nos llegará este gran encuentro. D.O.R.

Shadya Karawi Name dijo...

Llegarán y entonces, felices, nos daremos cuenta que absolutamente todo ha valido la pena. Paciencia y fe. Te quiero mucho, Diani. :)

Unknown dijo...

Wao! que buen texto! me has dejado anonadado. Saludos

Chalo dijo...

Simplemente magnifico

Shadya Karawi Name dijo...

Muchas gracias Jefferson y Chalo por estar presentes.

8ischoff dijo...

q lindo amiga... en el lugar menos esperado, en el momento menos pensado... esa magia resurgira y brotara nuevamente la chispa del amor florecida!!

Victoria dijo...

Gracias por ponerle letras al sueño de un romántico, gracias por que con esto hoy me demuestro que valió la pena la espera y el ser que tu describes aquí es quien me enamoró hace 7 meses de la manera mas particular. No te conozco, pero te felicito, letra sincera y cuidada.