martes, 6 de diciembre de 2011

Reglas básicas para el amor

Me he puesto a pensar y llegué a la conclusión que el amor, cuando llega, es muy sinvergüenza. Lo toma a uno desprevenido, lo envuelve todo, lo confunde todo. Desarma y arma, como por arte de magia.  Tan atrevido. Cada vez que aparece o desaparece me deja desorientada y, al mismo tiempo, con ganas de más.

Yo, que hablo de él como si supiera mucho, cuando en realidad no sé nada, decidí hacerme una listica de reglas básicas porque me siento cansada de tratar de entenderlo, de controlarlo, de enfrentarlo. La seguiré, o por lo menos trataré de aprendérmela bien, para que la próxima vez que llegue no me encuentre tan desprevenida y sí muy bien parada. Son 11 porque, últimamente, ese número me trae esperanza y suerte. Quizás, también, me traiga una actitud más asertiva en el amor. 

1. Amar es una decisión consciente. Eso que dicen del tiempo preciso y la persona ideal no existe. Uno debe tener plena consciencia de querer amar y dejarse amar. La disposición personal es, quizás, el ingrediente principal para que el amor avance.

2. Prefiero un amor que me genere tranquilidad en el alma que mariposas en el estómago. No me malinterprete, por favor. No estoy negado la importancia de la atracción inicial. Ésta es, a mi parecer, de vital importancia. Pero tampoco sea bobo. Esa cosquilla entontadora definitivamente no es la que mantiene a las parejas unidas a lo largo del tiempo.

3. Si usted es un buen novio, sea, por favor, un excelente exnovio. No se le vuelva un fantasma a su ex. No lo contacte, no lo atosigue, no lo persiga. Ni a él ni a su nueva pareja. Aunque su ego lo carcoma por dentro porque él siguió su camino y usted sigue ahí, ilusionado, déjelo ir. Colaborémonos: si todos fuéramos excelentes exnovios sanaríamos muchos dolores del pasado automáticamente.

4. Si usted empieza una relación con alguien y esta se acaba; conoce a otra persona y pasa lo mismo; después a una tercera y otra vez, abra el ojo. Usted está repitiendo patrones. El autosabotaje no lo está dejando avanzar. Está en grave peligro de seguir saltando de relación dañina a otra peor. Si no actúa, ahora, lo más probable es que quede envuelto en una relación toxica o absolutamente solo. Corra al psicólogo o inscríbase a algún curso que lo ayude a conocerse más.

5. Uno no mendiga amor. Si a usted no lo quieren, no lo quieren y punto. La situación no va a cambiar por más que usted quiera ser querido. Respete los procesos de los demás. De las gracias, un abrazo y salga, de inmediato, por la misma puerta por la que entró.

6. Ni el hombre ni la mujer perfecta existen. No va a llegar ningún príncipe a rescatar a ninguna princesa, o viceversa. Dese cuenta que el amor real es el que tiene enfrente y déjese de estar fantaseando pendejadas que, inevitablemente, lo llevarán a una vida de insatisfacciones y desencantos. Para mayor claridad lea, con atención, la regla siguiente.


7. No se enamore con el corazón, sino con la cabeza. Escoja bien a su pareja. No se engañe. Mire los defectos tanto como las cualidades. Sepa con qué tipo de cosas puede lidiar y con cuáles no. Tenga claro que las personas no cambian porque usted quiera y que, con el paso del tiempo, esas cosas que a usted le molestan de su pareja solo se acentuarán. Ame al otro tal cuál es y si no puede hacerlo simplemente termine esa relación lo antes posible.

8. Si su relación está basada en el respeto, la tolerancia, demonstraciones de afecto y la honestidad total, quédese. Si esa persona lo hace sentir amado, le da motivos para sonreír y se parece a la persona con la que usted siempre había querido estar, no lo deje ir. 

9.  Cuando le rompan el corazón le va a doler. Es más, le va a doler tanto que usted va a sentir que se muere. Pero, tranquilo, es totalmente cierto que nadie se ha muerto de amor, todavía. Con el paso del tiempo (aunque estoy segura que ya lo ha oído mil veces) absolutamente todo sana. A usted se le quitará esa opresión en el pecho, dejará de llorar y de preguntarse por lo que pudo ser. Sanará antes de que se de cuenta y estará nuevamente listo y preparado para volver a amar.

10. A la pareja no hay que presionarla, ni obligarla. El amor es libre y en la medida de una libertad en dónde haya compromiso y entrega consciente las cosas funcionarán. No ahogue al otro, que cuando aprisiona fuerte a un pajarito en su mano lo único que consigue es matarlo. No se vaya a los extremos. Entienda que el gris, a veces, es el color ideal.

11. Cualquier decisión que usted tome es la correcta. No hay lugar para dudas ni arrepentimientos. No hay cabida para él hubiera porque ya la decisión está tomada. Si quiere y puede hacer algo para mejorar las cosas, hágalo. No se dé duro, perdónese y ámese. Ahí sí es verdad lo que dicen las mamás: si usted no se ama, nadie lo va a hacer. 

Creo que a la conclusión a la que llego, después de leer todo esto, es exactamente a la misma que llegó una amiga hace tiempo: el amor no tiene reglas. Pero como no aplicar reglas en el pasado no me ha servido de nada, empezaré a aplicarlas, desde ahora, para ver si algo cambia. Haga usted lo mismo, o no, según su consideración. Pero guárdelas cerquita para que la próxima vez que el amor llegue (o en su defecto se vaya) de su vida, le quede claro que no está solo. Guárdela para que decida enamorarse conscientemente; o para ser mejor exnovio; o para no rogar por amor ni conformarse con migajas de él. Esté preparado porque cuando el inclemente amor pasa lo lleva al cielo y al infierno al mismo tiempo. Él es así. Queda advertido. Después no diga que no le avisé.

4 comentarios:

Andrea Nunes dijo...

Me encanto! Te invito a mi blog: www.psicoconsumo.blogspot.com

Anónimo dijo...

hay amores de amores. Yo tengo un amor que me ha torturado por mucho tiempo y aun sigo ahí. Ha sido un viaje con muchas trampas. Hemos terminado varias veces y volvemos. Hay una gran diferencia de edad entre los dos y eso nos ha unido bastante. Como ella me escribió una vez... lo cual me pareció provocador, fue que hay muchos tipos de amores. Entre esos los que duran horas, días, años o toda la vida. Yo era muy cerebral en el amor y no pensé nunca llegar a mendigar amor.

Shadya Karawi Name dijo...

Andre, no sabes lo que me divertí con tu blog. Mil gracias por leerme. Un abrazo!

Shadya Karawi Name dijo...

Sí, Monteivan. Hay amores de amores. Yo, también, he mendigado amor, suplicado abrazos, y esperado que me dieran más tiempo y atención. Hoy, sin embargo, creo que esas migajas y amores a medias no me sirven de mucho. Infinitas gracias por compartir tu historia conmigo. Me da esperanza saber que también hay hombres enamorados del otro lado de la balanza. La mejor de las suertes con tu complicado amor. Un abrazo. :)